Francisco Ponce Carrasco

Día internacional del libro 2018 – La Columna

Cada 23 de abril se respira una especial fragancia a literatura, a letra de molde, a libros, y se calculan grandes cifras en la venta de estos a nivel nacional, lo que no está nada mal para un sector, que si bien tiene en la actualidad más autores y lectores, todavía mantiene <déficit>> de estos últimos

El origen del día del libro se remonta a 1930. Se tomó como referencia el 23 de abril por la coincidencia de que en el año 1616 fallecían Cervantes y Shakespeare (últimamente existe cierta discrepancia sobre que ambos murieran en la misma fecha).

También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal, fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores.

En cuanto a los hábitos de lectura existe una curiosa contraposición, tenemos lo que se denomina “lector compulsivo” y estas personas leen todo lo que cae en sus manos, lo que les proporciona un <<fondo de armario>> con grandes conocimientos a través de la literatura, frente a ellos están los que no leyeron nunca un libro, para su desgracia, en mi opinión claro.

<<Ferias del Libro>>. En la actualidad son muchos los eventos de esta índole que se celebran en capitales o pueblos, y en todas ellas se encuentra un marcado carácter festivo, con lectura, animación y atracciones para mayores y niños encaminadas a promover la afición por la lectura, en especial a los más jóvenes.

La idea original de esta celebración- feria y día del libro- fue gestada por el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés. Escritor, periodista, editor y traductor valenciano, fundador de la Editorial Cervantes. Su obra es muy amplia, así como su encomiable labor de promoción de autores hispanoamericanos, sin embargo es más conocido por haber sido el promotor de una idea comercial para incrementar la venta de libros y que se plasmó a través de un Real Decreto (26/02/1926), cuyos quince artículos fueron redactados por él, ratificado con la firma del rey Alfonso XIII.

Poco después, en 1930, se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como “Día Mundial del libro”.

La oferta es mucha y todas las ediciones tienen su atractivo, desde las obras consagradas a las más noveles, sin olvidar a los clásicos.