Una vez más, siento una tremenda vergüenza sobre los programas televisivos ‘basura’ en general y de los mal llamados del ‘corazón’ pues de esta víscera en sentido afectivo o sincero tienen bien poco. Mi desaprobación hacia quienes los potencian con su publicidad, dirigen y promueven, en algunas funestas televisiones.
¡Calumnia que algo queda! Esta es la intención de cuatro vividores que saben positivamente que a pesar de que se querellen contra ellos y les ganen en los juzgados fuertes indemnizaciones, siempre les quedara un mayor beneficio de la publicidad que chuparon durante el revuelo.
La onda expansiva alcanza incluso a quienes no vemos estos bodrios. Caso como el del torero valenciano Enrique Ponce, de reciente incorporación a la lista, en uno de ellos… que ni nombro, pues publicidad no les pienso hacer, son sencillamente denostadles.
Cuando alguien enciende la televisión, es muy dueño de ver lo que le plazca y desaprobarle sería una equivocación por mi parte, cada uno tiene su calado moral y si existe personas que las miserias y flaquezas humanas le producen deleite, ellos sabrán donde quedan sus carencias y porque disfruta con las ajenas.
A mi modo de entender si estos programas no tuvieran publicidad que los financiara, pronto dejarían de existir. Si puedo no comprare nada que se publicite en los intermedios de estos espacios y cada vez somos más lo que pensamos así – esta constatado-.
Hace tiempo que ronda por mi mente escribir sobre ellos y este asunto del torero, colma mi descrédito hacia estos personajillos caricatos de sus propias flaquezas, que presumen de realizar un programa de audiencia.