El uno de enero es lo que “TOCA” – El Ventanuco

Concierto de año nuevo con «gestos» de homenaje a Beethoven

Si en 2020 tenemos un cumpleaños musical es sin duda el 250 aniversario del nacimiento del compositor alemán Ludwig van Beethoven, que afincado en Viena compuso lo más importante de su obra.

Durante la pausa del recital, la radiotelevisión austríaca ORF, que transmitió  este 2020 a un total de 100 países, emitió un simpático <<corto>> en el que una joven busca hojas de partitura de Beethoven en distintas localizaciones relacionadas con el compositor, donde encontraba a grupos de filarmónicos que las interpretaban

Concierto de año nuevo 2020

Son –nada más y nada menos – 80 las veces que la Filarmónica de Viena ha saludado al Año Nuevo con su tradicional concierto, en el que esta vez los típicos valses de los Strauss han hecho por primera vez hueco a Beethoven, y en el que el fin de fiesta de la Marcha Radetzky sonó diáfana y limpia.

El director Andris Nelsons, natural de Letonia, de 41 años de edad, se estrenaba en la tarea de conducir desde el atril este evento musical del 1 de enero.

Cumplió su deseo expresado unos días antes de «compartir con la gente la alegría» y empezar el año con algo positivo y hasta se permitió tocar la trompeta de la que es virtuoso.

Coreografía española

En la segunda parte, como desde hace años, a la música se unió la danza, con la emisión de dos piezas de ballet.

El coreógrafo José Carlos Martínez, hasta el pasado septiembre director de la Compañía Nacional de Danza, ha sido responsable de las dos escenas, grabadas en agosto.

En la primera, bajo los acordes de «¡Abrazaos por millones!», de Johann Strauss, cuatro bailarines del Ballet Estatal de Viena, vinculado a la Ópera de Viena, recorrieron el Palacio de Invierno del príncipe Eugenio de Saboya.

La segunda acompañó la interpretación que la Filarmónica hizo de seis de las piezas de «12 Contradanzas», la primera obra de Beethoven que suena en el Concierto de Año Nuevo.

Una jornada más de música de alta influencia en el mundo, para los elegidos, que “in situ” acuden a presenciarlo, consiguiendo con años de antelación una localidad para este enraizado espectáculo.