El Corazón Sonriente de Valencia – Periódico –

Plaza de la Reina – A TODA COSTA

Ver todo en: https://granadacostanacional.es/plaza-de-la-reina-a-toda-costa/

En pleno centro de la antigua Capital del Turia —ese río que decidió jubilarse dentro de la ciudad para dar paso al jardín más largo de Europa—, la plaza no es solo un punto de encuentro: es una invitación a la vida misma, al paseo tranquilo, al helado improvisado y, por supuesto, a la charla sin prisas.

Aquí, en esta plaza luminosa y vital, convergen los pasos del turista curioso, el vecino fiel que viene a realizar su paseo diario, y el joven que, aún con los parpados entornados, busca un café con tostada mirando de reojo la Catedral de Valencia, esa que se siente afortunada por guardar el Santo Grial, y que se asoma con elegancia desde la plaza, dándole un aire solemne, pero sin quitarle ni un gramo de su alegría.

Lo maravilloso de la Plaza de la Reina no es solo su arquitectura encantadora, ni su equilibrio entre historia y modernidad. No. Su auténtico tesoro son las personas.

Y entre ellas, destaca ese grupo de artistas incansables que, armados de pinceles y paciencia, se plantan con su caballete bajo el sol valenciano. Pintores callejeros, caricaturistas, retratistas: verdaderos magos del trazo rápido y la sonrisa fácil

Imagínate: tú, sentado sobre un mullido almohadón que encima del banco de piedra han colocado, rodeado de plantas y aromas de flores, con la brisa templada en la cara, mientras un artista te convierte en protagonista de una obra improvisada. ¿Una caricatura?

Claro. ¿Con orejas algo más grandes de lo normal? Puede ser. ¿Con una expresión traviesa que no sabías que tenías? Posiblemente. Pero siempre con ese toque de cariño, de complicidad artística, que hace que uno se lleve el dibujo a casa como si fuera un pedacito del alma de la plaza.

Y entre retrato y retrato, pasean los idiomas. Se escucha italiano, alemán, japonés, valenciano, inglés, y ese español universal, que se adapta al visitante con un vivo deseo de empatizar.

Así que, si tienes un rato, si quieres dejarte sorprender por la belleza sin pretensiones, ven. Siéntate. Tómate algo. Y déjate dibujar.

Te prometo que no solo te llevarás una caricatura. Te llevarás – como digo – un recuerdo de su corazón.

www.franciscoponce.com