Francisco Ponce Carrasco

Castellnovo C.F. – Abonados al empate

Sobre las once de la mañana del domingo, Genaro pasó a recoger a su amigo con la vieja furgoneta, un tanto desvencijada pero que hacía su papel. Segismundo quería ver unos cuantos olivos que tenía en un campo camino de Almedijar próximo al de Genaro, les habían dicho que la aceituna estaba verde debido a la falta de frío.

María les había preparado un ‘tente en pie’ para que al regreso pararan bajo los pinos de la fuente de la “Mina” y comieran, sabedora de que a primera hora de la tarde jugaba el Castellnovo C.F. con la U.D. Altura “B”.

Cuando tomaron las curvas que rebasan la “Mina” y antes de llegar a la improvisada capilla de la Virgen de la Cueva Santa, que asoma sobre el peñasco de la carretera, ‘Segis’ volvió la cabeza diciendo:

– Es majo el campo de fútbol y la hierba se conserva.

– ¡Toma claro! si lo riegan varias veces, seguro que lo cuidan mejor que nosotros las oliveras.

(Regando)

Podía hasta ser cierto, vamos, que era cierto, los olivos daban poca renta y para ellos con recoger algo de aceituna para la almazara y que les dieran unas cuantas ‘garraficas’ de aceite era suficiente.

Llegaron cuando los mirlos graznaban sorprendidos,  se avían visto invadidos por aquella carrocería color rojo deslucido de zarandeo cadencioso.

– Cosecha si hay pero menuda y sin madurar.- apuntó Segismundo.

– Llover ha llovido, pero no está haciendo suficiente frío para que ‘negree’. – respondió su compañero.

Se sentaron en un ribazo a respirar la mañana y sobre las dos de la tarde regresaron a la “Mina” extendieron su ‘campamento’ en mesa de piedra y destaparon las viandas que comieron despacio, desde su emplazamiento veían flamear las banderas en el campo de fútbol y  llegar los primeros coches, luego bajaron a coger buen sitio.

Como presumían por la proximidad de la localidad de Altura, cuyo equipo era el rival de turno esa tarde, el campo se llenaría y así fue.

Genaro comentó que casi todo los encuentros se estaban jugando en casa y si era porque los campos de los rivales estaban en obras, ¡Vaya campos que tenían! Lo malo vendría en la segunda vuelta, ya que serían los eternos visitantes.

– Que ambiente, el pueblo responde.- apuntó Segismundo.

Salen los jugadores de los dos equipos y el árbitro, todo esta dispuesto a la hora bruja de las 4,30 suena el silbato y comienza el gran espectáculo.

El partido en la primera media hora es un ir y venir de ambos contendientes sin mucho acierto, se percibe igualdad no en vano marchan ambos conjuntos en paralelo por la tabla clasificatoria, en estos momentos con 6 puntos cada uno, semejanza que se nota en el campo.

(Castellnovo C.F.)

Corría el minuto 32 cuando se produjo el primer gol a cargo del Altura “B” quien se lo anotó, si bien fue una desgraciada jugada entre el portero del Castellnovo, Chomí, que no bloqueó bien el esférico y un defensor que entraba con ímpetu marcó en propia puerta.

– Es lo que tiene el fútbol.– rezongaba Segismundo con cierto acaloramiento

Con juego bastante anodino que solo por lo incierto del resultado, mantenía la emoción, llegamos hasta el minuto 52 en que se produjo el empate.

‘Segis’ se puso en pie y gritó:

– ¡¡¡ Gooool !! ¡¡¡Gooool!!! – al estilo radiofónico.

Ciertamente había sido un bonito lance, que de forma elaborada hizo que  Lon recibiera el esférico desde lejos, controlara al borde del área y marcara de un fuerte trallazo, por la banda izquierda.

(Gol)

La defensa del Altura “B” estaba floja y los delanteros del Castellnovo C.F. no inquietaban lo suficiente, para cambiar a su favor el signo del partido.

Acabó pues con empate 1 -1 y de nuevo abonado a un resultado que no rompía con las ilusiones pero que tampoco las acrecentaba.

De regreso comentaron dentro de la furgoneta que el arbitro, no había estado mal del todo, incluso llegaron al acuerdo que hasta el momento presente, era el más profesional de los que tenían pisado el césped de la “La Mina”, con los errores de siempre al señalar fueras de juego no existentes, que una vez más reclaman la necesidad de los linier, si bien sabían, que en esta categoría, es lo que hay.

Fotografías: David Novella y Sergio Formoso