Poema de Antonio Machado «A un olmo seco»
31 julio 2012 por Francisco Ponce en Eventos culturales, Noticias, Todos los artículosVer de cerca el olmo muerto y relleno en las oquedades de su tronco por cemento sobrecoge, hace totalmente cierto el desencanto y la tristeza de este magnífico poema de Antonio Machado, que al final del mismo abre una rendija a la verde esperanza, que por desgracia no se produce.
Soria – capital – mantiene el Olmo que inspiró al poeta y el mundo puede leer una poesía profunda dedicada a este árbol, que junto a otros hermanos de su especie repartidos por la geografía de España, han sufrido la enfermedad de la “Grafiosis”, con idéntico e irremisible resultado.
A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
* * * * *
Corría el año 1912, Antonio y Leonor establecidos de nuevo en Soria a su regreso de París, en donde Leonor su esposa contrajo a una grave enfermedad que a pesar de la ciencia y de los cuidados y afecto de Antonio Machado no mejora.
Un día pensando en esto el poeta se para a observar, seguramente en el paseo de San Saturio, un olmo centenario que está afectado por la enfermedad de la «Grafiosis» y que acabará inexorablemente con su vida. Esto le sirve de inspiración al poeta para crear el sentido poema «A un olmo seco», quizá encontrando una triste semejanza con la lamentable situación de su mujer, Leonor Izquierdo.
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