Castellnovo con encanto

3 septiembre 2007 por Francisco Ponce en Castellnovo, Recordando, Todos los artículos

Acudimos a un entrañable amigo para que nos enseñe su pueblo, desde la perspectiva de lo íntimo, peculiar, fuera de las rutas conocidas, para sustanciar mejor su sortilegio.

Comenzamos la mañana. Desde su terraza nos muestra una panorámica de la parte trasera de la iglesia, cuyas cúpulas añil resaltan sobre el cielo que amaneció luminoso.

Perspectiva de la Iglesia de Castellnovo

Recorrimos, entre otras las calles Conde, Del Carmen, La Costera, empinadas y angostas que nos introducen en el Castellnovo de los sentidos y reminiscencias árabes, cada rincón es digno de fotografiar para que en la retina quede su notable impronta, junto al colorido de sus balcones engalanados con flores naturales que con mimo cuidan sus dueños.

Calle en cuesta de Castellnovo

Calle del Carmen en Castellnovo

Un magnífico chaflán de una casa restaurada, respetando en parte la edificación tradicional del lugar, nos muestra un esplendido balcón de recia madera. Vigilante un farol pone una peculiar nota, tanto por el día como en la noche.

Calle del Conde en Castellnovo

Un muy antiguo mirador que el tiempo ha deteriorado nos da fé de la casa señorial que lo soporta.

Mirador casa señorial de Castellnovo

Justo bajo de él, en la calle Morajet, se encuentra la única acequia descubierta todavía y utilizada como ‘lavadero’ que ha resistido a la modernidad, antaño por dentro del pueblo existían unos cuantos lugares como este, de dimensiones mayores, donde las mujeres acudían a fregar los utensilios de cocina o lavar alguna prenda, también servía para unir en fluida y grata conversación a las señoras.

Antiguo lavadero de Castellnovo

En Castellnovo los lugareños aprecian el agua clara y rápida que por allí discurre y me explican que su nacimiento se encuentra en la ‘Fuente del Lugar’ que por el río ‘chico’ baja de la Sierra Espadan, naciendo en las estribaciones de Algimia de Almoracid. Es también conocida en Peñalba (antes Carrica) y en Segorbe como: Fuente de los Gallos.

Esta agua abastece los servicios del pueblo. Cuenta la tradición que cada año, en enero y en periodo de luna menguante, se llenaba la cisterna de origen árabe con capacidad para 200.000 litros, que todavía existe, y permanecía allí todo el invierno con el fin de que luego en verano, cristalina y fresca sirviera para llenar botijos y cántaros de los habitantes de la localidad. En la puerta, el encargado de custodiar y mantener en condición salubre la Cisterna, tenía siempre un botijo disponible para ofrecer a quien por allí transitara. Para intentar situar la época, Feliciano Monzón apostilla “Yo tengo ochenta y tres años y mi padre ya me lo contaba así”.

En la actualidad dentro del pueblo existen varias fuentes donde puedes gustar su fresco chorro.

Fuentes de Castellnovo

Fuentes San Jose de Castellnovo

La plaza del Olmo cuyo centenario árbol de la familia de las Ulmáceas (Ulmaceae), se muestra exultante exhibiendo su grandeza en volumen, frondosidad y recuerdos. Data de 1812 y pone un emblemático carisma de magnificencia y solaz que hacen aflorar a la mente historias románticas en las verbenas que a sus plantas se celebraban. Refugio de generaciones hace que los mayores provistos de bastón y sentados a su sombra rememoren tiempos mozos, mientras lanzan alguna mirada furtiva a las jovencitas de ombligo al aire que en la actualidad por allí circulan, al tiempo que los más ‘peques’ corren, gritan y juegan en rededor.

Olmo centenario de Castellnovo

La Iglesia de los Santos Reyes construida entre 1600 y 1730 venerada con fervor por los habitantes de esta noble villa, tiene una puerta antiquísima que en la reciente remodelación de la Iglesia se quiso mantener como enseña de su larga historia.

Puerta conservada de la iglesia

Subiendo hacia el castillo por la parte menos frecuentada puedes ver las uvas de mesa embolsadas. Una casa muy singular típica y de las más antiguas en cuyo fondo se divisa una de las dos Ermitas que Castellnovo tiene consagrada a San Antonio y a San Cristóbal.

Ruinas del castillo

Uva de mesa embolsada

Casa antigua de Castellnovo

En el recorrido te tropiezas con la carnicería German que se trasmite de generación en generación, siendo esta la tercera. Aquí puedes abastecerte de buenas ‘chuletas de cordero’ para asar en ardiente parrilla.

Carniceria German

Pocos caballos de trabajo, con su carro, existen hoy en los pueblos del Alto Palancia, este medio de acudir al campo es una estampa de añorado recuerdo. Abusando de nuestro guía acudimos a casa de su hermano Antonio para que nos muestre, con toda probabilidad, la única caballería que en el corral de la vivienda se conserva y utiliza en Castellnovo.

Caballo de trabajo

Carro

Podemos ver un ejemplar de largas crines y el carro, donde al alba Antonio ‘engancha’ y sale a cuidar sus cultivos. No puedo dejar de sentir cierta nostalgia de los tiempos de adolescente que pase en esta villa, donde sus gentes siguen – en eso no han variado ni un ápice – siendo afables y generosas con sus visitantes.

Amenazando lluvia en Castellnovo

De regreso a casa sabedores de lo mucho que nos quedó por contar, bajo un cielo que amenaza tormenta nos acoge el paisaje de partida, unas gotas de lluvia que comenzaron a caer pondrán en el ambiente la fragancia de huertos y campos mojados, perfume por el que siento especial atracción.