Cerler (Huesca), una localidad para soñar

18 noviembre 2009 por Francisco Ponce en Noticias, Todos los artículos

Pronto, Cerler, la bonita localidad del Pirineo Aragonés se cubrirá de blanco, por ello quiero garabatear como se percibe – como la percibí – un comienzo de otoño, todavía vecino del verano, que se resiste a marchar y perezoso se retira.

Flores en Cerler (Huesca)

Flores en Cerler (Huesca)

Se encuentra aproximadamente a 1.600 metros de altitud y pertenece al municipio de Benasque en Huesca. Un casco antiguo conservado con esmero y estéticamente diferente para un Mediterráneo, alberga lugares encantadores que te trasportan, en sueños, a tiempos pretéritos en remotos países de fábula, con plácidos atardeceres y noches románticas.

Con sabor pueblos del Valle

Con sabor pueblos del Valle

Cerler conserva todo el sabor de los típicos pueblos del Valle. A pesar de la proximidad de un gran centro turístico, el pueblo ha sabido conservar su histórica belleza.

Calle de Cerler (Huesca)

Calle de Cerler (Huesca)

Patios con sabor a morada de ‘princesas’ repletos de flores asoman silentes, verdes o coloristas y un denominador común, pilas de leña perfectamente ordenadas, que  aguardan los rigores del invierno para ser pasto de las llamas, en fogón caliente de hogar.

Patio de exultante belleza

Patio de exultante belleza

Miradores de vetusto tronco, junto a escalones de piedra tallada, parecen que te estimulan a  entrar en hospedaje para caminantes, donde disfrutar de un alejado medioevo.

Miradores de madera

Miradores de madera

La piedra se hace generosamente presente, en un paisaje urbano modelado con ella. La madera preside las ventanas y soporta tejados de oscura pizarra en forma de triangulo para que la nieve no arraigue.

Anochece en Cerler

Anochece en Cerler

Un perro guarda la casa que permanece silenciosa, quizá vacía, hasta que oscurece ligeramente  y una luz, que se imagina de bruñido  fanal tras unos visillos de encaje, trasluce e ilumina el ventanal

Cerler es un lugar para despertar a la realidad y luego dormir la fantasía, Cerler no se lo debe perder, el viajero amante de lo bello.