Misiva para una amiga

8 agosto 2007 por Francisco Ponce en El rincón de Mamen, Relatos, Todos los artículos

Empiezo mi E-mail informándote de que tal y como me pediste, me pase por tu casa para ver como estaban las plantas. Tengo que darte una mala noticia, y al decírtelo no puedo suavizártelo con flores, porque no te queda ni una.

Flores

Tu jardín en estos momentos esta desforestado, palabra poco agraciada, que nos hace imaginar tierras secas y calcinadas, como es el caso. Con decirte que hasta el amor de hombre, que tiene fama de planta tenaz y dura, no ha podido resistir los calores del verano.

Sin embargo, el de tu vecina con quien no te hablas esta repleto de geranios, rosas, margaritas, hortensias y otras plantas y flores que se aproximan a un vergel. Quiero recordar que no hace mucho leí algo sobre el ‘alma’ de las plantas y aunque se trata de vegetales, no anda corto de sentido común.

Jardín de la vecina

Parece pues que las plantas necesitan mimo, que a su alrededor se escuchen voces de niños jugando, que su entorno sea educado y sensible e incluso que se les hable haciéndoles participe de nuestras alegrías. Igualmente se sienten halagadas si les mostramos nuestro agradecimiento por regalarnos con sus coloridos y aromas nuestros sentidos que se llenan de gozo al contemplarlas. Quizá tu vecina pone en práctica todo esto a la vez, que no se olvida de los riegos los abonos y el resto de cuidados y atenciones para la conservación de su jardín.

Tenemos una humanidad ya de por sí pobre en asideros morales, vacía de sacrificio, aunque sea por unas simples plantas y sin resortes de confianza y voluntad.

Es posible que cuando regreses te entre la ‘depre’. Que te durara poco porque tu las repondrás por otras hasta que otro verano las dejes a su suerte muertas de sed y de hambre.

Puede que te sigas quejando, sin razón, de tu mala fortuna con las plantas, pero si con lo que te cuento consigo que tú, o alguna persona reflexione y no abandone su jardín, quizá habremos conseguido humillar menos a la naturaleza.

Cuidar el medio ambiente y la naturaleza, no debe ser una ‘pose’ sino una filosofía que poner en práctica empezando por uno mismo.

Ilustraciones del autor