Gala Poética – Café de las Horas – Valencia, primavera 2010

10 junio 2010 por Francisco Ponce en Eventos culturales, Todos los artículos

Verán, voy a contarles, la tarde-noche prometía y como es cumplidora de compromisos se hizo encantamiento y nos trajo unas horas en el café de las mismas («Café de Las horas»), donde envueltos en el glamour de su decoración, recibimos al mejor de los públicos, elegante y erudito en literatura, música y poesía, que era de lo que andaba el asunto.

Marc, propietario del local y amante de la cultura, abrió el evento dando la bienvenida a los asistentes y reiterando su ofrecimiento para con el “Grupo poético-literario” que los lunes – cada lunes – ocupa una parte del establecimiento sentados junto a vetustas mesas de madera y que este día 17 de mayo del 2010, se complacía en mostrar una puesta en escena, de  novedosa fórmula, bajo el sugerente titular de “Gala Poética”.

Servidor de ustedes, estaba encargado de dirigir y presentan en sociedad el primero de estos actos públicos, por lo que siendo el compromiso arduo, el sistema nervioso andaba algo desordenado, si bien se atenuó cuando pude ver caras conocidas, representativas del mundo cultural de Valencia y amigas, que sonrientes entraban ocupando lugar entre el muy numeroso público. Estábamos entre colegas y eso tranquiliza.

(Alberto Corella - poeta)

(Alberto Corella - poeta)

Albero Corella, licenciado en psicología y poeta, es miembro coofundador del grupo, quien solícito y artista, fue el primero en intervenir a mi presentación y requerimiento. Desde su posición – se habían dispuesto a los cinco participantes en lugares separados y estratégicos entre el público – comenzó con cuatro poemas propios que indicaban el alto nivel que la noche iba a albergar (Los detractores, caso de haberlos, fueron maniatados y amordazados en la puerta…, vamos que no entraron).

(Alfredo Ajo González)

(Alfredo Ajo González)

Ocupó segundo en liza Alfredo Ajo González, que sorprendió con su buena dicción e interpretación, puesto que como consumado actor teatral, recitó obra propia y  de autores consagrados de memoria, dando giros portentosos en la modulación de la voz y en la interpretación.

(Gloria de Frutos)

(Gloria de Frutos)

La poeta y escritora Gloria de Frutos, continuó y nos recitó de su obra, “Asfalto en la mirada” y “Mosaico”, unos cuantos poemas que merecieron el elogio y aplauso del respetable y entendido público.

(Pedro J. de la Peña)

(Pedro J. de la Peña)

Pedro J. De la Peña, catedrático y profesor, además de autor de una amplia obra escrita en poesía, novela y ensayo, nos regaló de uno de sus libros, traducido a muchos y exóticos idiomas, un canto a ese magnífico e idílico animal llamado caballo.

(Hermelinda Rasal)

(Hermelinda Rasal)

Cerró la primera vuelta el genio de las poetisas hecho verso, música e interpretación, Hermelinda Rasal. Cuando finalizó el silencio  omnímodo que reinaba, se convirtió en una aclamación tan unánime y sonora que no digo que los decibelios estuvieran al máximo más de dos horas, porqué tampoco se lo creerían, pero sí un tiempo más que luengo e intenso.

(Francisco Ponce Carrasco)

(Francisco Ponce Carrasco)

En el intermedio, se aprovechó para servir copas que aliviaran emociones o concentraran deseos de continuar. No fue un descanso al uso, pues la sesión no se interrumpe totalmente, ya que aproveché para intervenir como escritor y les ‘endosé’, leidos, unos cuantos microrrelatos – los relatos largos no me los hubiesen aguantado – de mi libro “Huevos Fritos”, que me cuidé de seleccionar entre los más poéticos e hilarantes.

(Público)

(Público)

La segunda ronda fue por el mismo orden y todos continuaron rayando al más alto nivel, “Oscuros en la noche”  fue uno de los títulos de Alberto Corella, “Intrusos en el Espejo” y “Mariposas en la almohada”, otros de los de Gloria de Frutos, que en ambos casos hicieron las delicias del respetable, Alfredo Ajo siguió con Calderón de la Barca, Quevedo, Espronceda y otros que levantaron al público entusiasmado de los asientos, el libro-poemario, “La zarza de Moisés” fue recitado en algunos de sus pasajes por su autor Pedro J. De la Peña, con dicción de académico y sentimiento de consumado poeta, Hermelinda Rasal puso tal arte y magia en su intervención, que el silencio, de nuevo se hizo extremado. Fue penetrante, mordisqueante, apuñalante, sublime y algunos de sus versos interpretados con gran aportación en mímica  y música ejecutada por ella misma de tan y tanta plasticidad, que los duendes que habitan, sin dudarlo, en este carismático “Café de las Horas de Valencia” se rindieron a sus plantas. “La miel Dorada”, poema propio, con que se puso broche de oro al evento, remato la faena.

(Parte de la sala)

(Parte de la sala)

El éxito fue total, gracias a los ejecutantes, público y lugar, lo que anima a la organización a plantearse repetir en otra oportunidad, que será pasado el verano, si el cielo, los hados y ustedes lo quieren.

Fotografías de J.L. Vila Castañer