Museo de la remolacha azucarera

16 octubre 2008 por Francisco Ponce en Alfambra, Noticias, Todos los artículos

El Murea (Museo de la Remolacha Azucarera), no esta por casualidad en Alfambra. Alfambra lleva esculpido en las manos de muchos de sus habitantes las huellas de la azada y del arado usado en el cultivo de la remolacha azucarera.

Quizá los más jóvenes solo conocen lo que sus mayores les han contado. Y hay tanto que contar:

Fachada museo de la remolacha

Aproximadamente en el año 1911, se instala una industria (Azucarera), para molturación de remolacha y posterior extracción de azúcar, en la localidad próxima de Santa Eulalia del Campo. Rápidamente todos los pueblos ribereños de las cuencas del rió Jiloca y Alfambra, comenzaron la plantación de este cultivo, que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en la principal fuente de ingreso para los alfambrinos.

Así se vivieron años de bonanza y el azúcar se introdujo en el alma de los lugareños.

Imagen de labranza en la entrada al Murea

La historia pródiga en aventuras, desventuras y anécdotas,  llenan un periodo de 65 años largos, hasta que sobre el año 1980, como consecuencia del cierre de la factoría de Santa Eulalia, se suspende este cultivo.

La memoria histórica de las gentes de Alfambra es fecunda y todo lo que es susceptible de rememorar lo conservan con esmero, para mejor legado de las generaciones venideras.

Aperos del campo

Comienza la iniciativa: En el año 2002 se inaugura con todo los honores el ‘Museo Monográfico de la Remolacha’ bajo el acrónimo de MUREA.

Sala del museo

Pero la tarea no es fácil, se tiene que reconvertir un antiguo lavadero en el recinto que lo albergará. Se recogen aperos de labranza y se siembran varias hectáreas del cultivo que hace unos años se dejó de plantar, con el fin de conseguir una imagen real desde todos sus aspectos, siembra,  nascencia, crecimiento, engorde, recolección y transporte a la fábrica.

Recorrido de paneles informativos

Se aprovechan fotografías antiguas de archivo, como referente, con la intención de obtener una recreación lo mas fidedigna posible, tanto en atuendos como en las costumbres cotidianas de su tiempo.

Reunido todo este material se clasifica y ordena. Hoy se exhibe en grandes paneles que el visitante puede visualizar al tiempo que se documenta.

Sala de proyeccion

Con las nuevas tecnologías de imagen se realizar un ‘video’ de 25-30 minutos mostrando al visitante todo el proceso.

El MUREA se podría calificar de un ‘Museo vivo’, ya que con cierta frecuencia se rescatan aperos, documentos e imágenes, que se incorporan tras su restauración.

La visita es un bello e ilustrativo viaje acerca de la materia prima destinada a la obtención de azúcar, algo a lo que no les damos importancia, cuando cogemos, en el supermercado, un paquete de la dulce mercancía.

Alcalde, Amador Villamón y su esposa actuan de guias

Amador Villamón, Alcalde de Alfambra, fue por fortuna en esta especial oportunidad nuestro amable guía y junto a su esposa dos perfectos ‘narradores’ de lo que expone y representa el MUREA. Al parecer el único museo monográfico del mundo, sobre esta temática.