Un río de vida
2 febrero 2007 por Francisco Ponce en Relatos, Todos los artículos, Valencia - EspañaEl antiguo lecho del Turia que recorre la ciudad de Valencia tiene un sabor especial los soleados domingos y festivos, en cualquier época del año.
En la zona próxima al Palau de la Música, se percibe un pálpito de vida. Uno puede encontrar sobre el medio día, atletas que corren con fácil sonrisa saludando a otros que se cruzan, cuando el esfuerzo les agota, se tienden sobre el césped bajo los pinares intentando recuperar el aliento.
Las personas mayores con paso relajado transitan un trecho para agilizar sus piernas, y contemplar las magnificas y variadas figuras que los chorros del agua componen en armonioso compás con la sinfonia clásica que les acompaña, agua y música, música y agua, forman una simbiosis que invita al éxtasis. Según te sitúas puedes ver que a través de las finas gotas esparcidas al viento, emerge al fondo un arco iris, prefabricado, pero igual de hermoso.
No falta un alma marinera que hace surcar su velero -con mando a distancia- por el estanque haciendo carreras y piruetas para solaz de los niños que se apiñan junto a él, algún paseante detiene su caminar para soñar que navega.
Más alejado un grupo de músicos Andinos ponen color y sonido con los instrumentos típicos de su tierra, alrededor se concentra gran cantidad de familias emigrantes de Hispanoamérica, que con frecuencia toman para su legítimo disfrute esta zona de Valencia.
Los más cómodos pueden recrearse viendo estos entornos subidos al pintoresco: Tren Turia Valencia, que les ofrece un lento recorrido por este mágico ambiente.
Se debe acudir con ánimo franco para la comunicación, es fácil conectar con la gente se habla de mil cosas. Existe predisposición para hacer bueno lo que dijo el escritor francés Albert Camus “La amistad es la ciencia de los hombres libres” y en estas mañanas de sol, es posible.
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