Quien me ofrezca otra papeleta de Lotería, morirá en el intento

15 diciembre 2012 por Francisco Ponce en Recordando, Todos los artículos

Todos los años por Navidad, concretamente el 23 de diciembre, me hago el firme propósito de no volver a comprar lotería, luego el año siguiente vuelvo a caer en la ratonera, unas veces por amistad, otras por alguna causa solidaria, las más por ‘si toca’ lo cierto es que la sangría es importante y luego el desencanto también.

Dibujo acuarela de Paco Ponce

Tengo la insensata costumbre de hacer una lista con los números y los importes limpios que juego (nunca lo sumo), si lo hiciera me entraría un pérfido berrinche, pero que se le va a hacer.

Llegado el día del sorteo, suelo pasar algún rato frente al televisor, de pronto cantan un número que no pude escuchar bien, la mano del niño tapa el alambre, su voz se quiebra y con sonora entonación anuncia que es el  ‘Gordo de Navidad’…tiemblo, afino el oído, espero, se que cualquiera que sea su última cifra  la tengo, puesto que juego de todas las terminaciones, ¿ y  si fuese el mío?… lo repiten, sale ampliado y nítido en la pantalla, miro con avidez  y  me siento, ya ven a algunos los levantará de su butaca, a mi me hunde en ella, ¡nada!

Entorno los ojos, recapacito y me digo: “Caprichosa fortuna, esquiva divinidad que te muestras de frente o das la espalda, no te dejas alcanzar por quien te persigue y sin embargo, en muchas ocasiones te echa en brazos del primero que pasa”.

¡Qué alegría dan los reintegros!