El espejo de la madrastra – El rincón de Mamen
26 noviembre 2009 por Francisco Ponce en El rincón de Mamen, Todos los artículosPorque solo un ser perverso como la madrastra de ‘Blancanieves’ pudo crear tan abominable armatoste. Una, que ya frisa los 40, se encuentra ante el espejo cada día más ‘vieja’, lo que me está poniendo histérica, hasta el punto de que pronto – sino ya – destruiré los espejos de mi casa y prohibiré que se repongan. ‘Vanidad de vanidades’ o ¿Miedo al paso del tiempo? Lo cierto es que me entra una ‘depre’ de caballo.
Me encontraba sumida en este fatídico pensamiento ante el amplio espejo de cornucopia dorada, mirándome sin ver, cuando de mis manos resbalo un pequeño espejo auxiliar de tocador, con tan mala fortuna que se rompió contra el suelo, lo recogí quebrado y de forma instintiva me miré en él, todavía me vi peor.
Esta nueva imagen de mi persona – cuarteada – me hizo reflexionar que todavía me notaría más deficiente con los años, pero que era importante poder verse en el ‘tiempo’, durante mucho tiempo.
Decidí continuar teniendo espejos, solo debía cambiar mi actitud y al situarme delante de él en lugar de poner ‘cara de acelga’ esbozar la mejor de mis sonrisas, el espejo agradecido me devolvería multiplicada la reconfortable imagen. Lo vengo practicando y les confieso que los espejos, que son los mismos, ahora están en sintonía conmigo y no me disgusta reflejarme en ellos.
Los seres humanos – al igual que los espejos – no queremos a nuestro lado personas negativas que nos contagien su pesimismo y nos satisface el positivismo, deseamos beber en la fuente del ‘buen rollito’ con máxima alegría y la mejor motivación.
Decidí actuar desde la confianza para poder confiarme. Creo qué hasta rejuvenecí y todo.
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