Sirenas de Mar: o tal vez… ¿Solo un Sueño? – A TODA COSTA

6 junio 2025 por Francisco Ponce en A Toda Costa, Noticias, Todos los artículos

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El sol se diluía en el horizonte, pintando el Mediterráneo de naranja y violeta…

… como si un gigante hubiera derramado su caja con pastillas de acuarelas.

Yo, un humilde soñador y observador de la peculiaridad oceánica, me encontraba, como de costumbre, en mi balcón valenciano, sorbiendo un granizado de limón y pensando en la realidad. ¿Qué tan fantasiosa es, cuando hablamos de las sirenas?

Hace siglos, los marineros contaban historias fascinantes de criaturas misteriosas que se deslizaban por las olas: mitad mujer, mitad pez, con cabelleras doradas que reflejaban la luz del sol como espirales de oro líquido.

Pero, ¿realmente existieron alguna vez o fueron solo fantasías de marineros desvelados por la soledad del océano? Ah, querido lector, esa es la pregunta eterna.Los viejos navegantes, con sus ojos vidriosos por años de salitre y vino, nos relatan en una imaginaria taberna una historia…

una sirena de mar

–«¡Vi una sirena! ¡Lo juro por la brújula de mi abuelo!».

Nos grita uno, mientras todos lo miramos con la misma mezcla de asombro y desconfianza. Pero, ¿y si realmente la vio? ¿Y si esas criaturas encantadas no son solo un producto de la imaginación humana, sino visitantes fugaces del reino de Poseidón?

 

Las sirenas, en su esencia más pura, son la mezcla perfecta entre lo que deseamos y lo que tememos por malvadas. Aparecen en la mitología griega, como seres seductores con voces tan dulces que hasta el viento se calla para escucharles. Pero también se dice que mienten.

Algunos relatos, más recientes, las presentan como amigas del marinero, ofreciendo consejos sabios o incluso salvando a los náufragos.

Claro, que eso también podría ser solo parte de la fábula moderna, un intento por suavizar el carácter algo… ¡letal! de estas criaturas que embaucaban, con “CANTOS DE SIRENAS”, como hoy día hacen muchos políticos a sus votantes, para terminar en pura mentira, tragedia y desencanto.

Al fin y al cabo, ¿Quién no preferiría pensar que una sirena te rescataría del mar, antes que convertirte en la cena de un monstruo marino?

Entonces, ¿mito o realidad? Tal vez nunca lo sepamos. Pero una cosa es segura: siempre que miramos el horizonte marino con un toque de locura, encontraremos algo en esas aguas profundas, que murmura.
Y en ese susurro… tal vez, solo tal vez, haya más de una sirena riéndose de nosotros.

Francisco Ponce Carrasco