Como son las comisiones de falla por dentro – La Columna

5 marzo 2018 por Francisco Ponce en La columna, Todos los artículos

La Columna

¡Pobrets de la meua vida! Si el ser fallero es un martirio continuo y permanente, si es como unas segundas nupcias, ¡Si no se cómo no nos volvemos locos de tanto cavilar…!

Empezamos por calentarnos el <<perol>> para ver quienes componen la comisión. Si se trata de la masculina tendrán que ser “els mascles” que mejor estomago tengan, – desde luego eso de tener buenas tragaderas es condición indispensable para ejercer de Fallas de Valencia 2018fallero – y si hablamos de la comisión femenina deben ser aparte de las más guapas, las más bullangueras, inteligentes y simpáticas del vecindario.

¡Ah! Lo más difícil, pensar, rebuscar, escudriñar y cavilar a quien hacemos fallera mayor…preparar el sainete y la mágica presentación.

Buscar el día para la <<apuntá>>, encontrar una charanga, echar mano de libreta, afilar el lápiz y escalera arriba, ídem abajo, la misma cancioncita y apuntar en la libretita.

Después hacer números y ecuaciones para cuadrar el presupuesto y librase de confusiones, llega la lotería y a vender participaciones, la rifa de la cesta de navidad y todos los meses a pagar la cuota con severidad, si no quieres que te llame la atención el cobrador de la comisión.

Y a seguir con las tracas y el contrato de los fuegos artificiales, estirarle la chaqueta al <<coeter>> para que nos fie, elegir el boceto de la falla ajustado al presupuesto, buscar la banda de música, la orquestina, el <<entarimat>> y los altavoces repartidos por la demarcación, poner la iluminación en las calles, las banderolas y guirnaldas… la <<replegá pá la falla>>, y sube y baja, y ve y corre y el <<ninot>>, las licencias , la bajada de la luz, la arena, las tiras del césped, las vallas de cerrado y vuelve y ves y corre…

Y así medio muertos y extenuados llegamos a la noche de la <<plantá>>…para trabajar junto al artista, solo somos unos pocos, pero sacaremos fuerzas, plantaremos la falla, animaremos al vecindario, contribuiremos a darle inusitada vida a la ciudad por espacio de unos días. ¡Gracias a esto y nada más que a esto! Valencia en fallas, queda convertida en un haz de luminiscencia y colorido, de festiva alegría y sano orgullo, que vive y siente un pueblo trabajador.