Castellnovo C. F. – Caer y levantarse

26 diciembre 2010 por Francisco Ponce en Castellnovo CF, Todos los artículos

Segismundo había encendido la chimenea y miraba con fijeza el baile oscilante de las lenguas de fuego que las llamas garabateaban, en colores amarillos, rojos y anaranjados.

Acababa de llegar a casa, tras el desplazamiento al campo municipal «El Arco» de  la vecina localidad de Soneja, donde presenció el partido del C.D. Soneja con su  Castellnovo C.F. que perdió por 5 – 0 y había cogido un poco de frío en el cuerpo y en el alma, pero todo era comprensible si trataba de situar la realidad en su justo punto.

Se sabía que el Castellnovo ya no es el ‘pardillo’ que algunos especulaban, por lo que los contrarios estaban atentos, pero sigue muy lejos de conseguir aprovechar su potencial por cuanto debe primero, concienciarse de sus posibilidades y luego trabajar, nada en la vida se consigue sin esfuerzo y la realidad del equipo pasa por la humildad y el constante arrojo.

(Calentando)

(Calentando)

Había caído sí, pero ante el C.D. Soneja, uno de los mejores equipos de su categoría y grupo, esta derrota debería servir para sacar lectura de las cosas mal hechas y rectificar.

(Momentos del juego)

(Momentos del juego)

Ensimismado dejó pasar un rato, las ascuas se hacían rescoldo, y la llama languidecía bajando en su intensidad, acercó una nueva y gruesa rama de olivo a la lumbre, que le devolvió un erguido penacho de fuego elevado y potente, sonrió, al tiempo que murmuraba:

– Así debemos de levantarnos y de nuevo intentar tener viva y  encendida la llama de la ilusión deportiva por nuestro Castellnovo C.F. –

(Resignación)

(Resignación)

Luego siguió pensando que la historia de los encuentros queda atrás, como atrás debía quedar el C.D. Soneja 5 – Castellnovo C.F. 0, lo que tenía que prevalecer como objetivo era mirar siempre hacia delante y fortalecer el compromiso e espíritu de superación colectivo, que viene dado por la suma del esfuerzo y entrega individual.

Se animó,  más feliz y tonificado pensó que pronto habría un nuevo encuentro, una nueva oportunidad de crecer, de elevarse en la tabla a caballo de la llama olímpica, como le había sucedido al fuego de su chimenea.

Fotografía: David Novella Rubio